Franciscanas de la Purísima Concepción

Apertura del I Centenario de la Muerte de Madre Paula de Jesús Gil Cano.

Con gozo, os comunicamos que el día 02 de junio de 2012, llevaremos a cabo la apertura del Primer Centenario de la muerte de nuestra Fundadora Madre Paula de Jesús Gil Cano, quien nació en Vera, (Almería), España, el 02 de febrero de 1849 y murió en Murcia el 18 de enero de 1913.

 Este acto tendrá lugar en la Ciudad de Murcia y constará de dos partes:

1.    Un encuentro fraterno en la Casa Madre Paula de Jesús, en C/San Carlos, 10, a las 11’00 h. con la presentación del Centenario y una conferencia por el P. Pedro Riquelme Oliva (O.F.M.) sobre: “Memorial del hecho histórico de la riada de Santa Teresa y nacimiento de nuestra Congregación”.

2.    Una solemne Eucaristía a las 13’00 h. con el Sr. Vicario Episcopal D. Juan Tudela García, en la Iglesia La Merced que regentan los Padres Franciscanos Menores.

Os hacemos partícipes, para que nos tengáis presentes en vuestras oraciones y os unáis a nuestra alegría y acción de gracias a Dios, por el don de nuestra Fundadora de quien hemos heredado el Carisma Franciscano-Mariano que el Espíritu Santo suscitó en la Iglesia, para gloria de Dios y hacer presente su Reino, con nuestra consagración religiosa, realizando el plan apostólico de nuestra Fundadora: ser portadoras del amor de Dios a los niños, jóvenes, enfermos y ancianos, especialmente a los más pobres.

El año centenario inicia el 02 de junio de 2012 y concluye el 02 de junio de 2013; en el transcurso del mismo, las Provincias de nuestra Congregación desarrollarán sus propias celebraciones y actividades. La fecha más importante será el 18 de enero de 1913 en que se cumplen los 100 años de la muerte de Madre Paula. 

ORACIÓN DE MADRE PAULA A LA VIRGEN MARÍA, POR LA CONGREGACIÓN:

“Madre mía Purísima, ya sabes que te pido por mi Congregación con todas la veras de mi alma. Cobíjala bajo tu manto; no la desampares nunca.  Si la ves alguna vez en peligro, levántala. Cobija también bajo tu manto a mis amadas hijas, una a una; que sean todas muy observantes y santas. Oye mis ruegos Madre amada; escúchalos favorablemente”  (Vida Ejemplar, 139).